CONTAMINACIÓN COMO PARTE DE NUESTRA VIDA COTIDIANA
La contaminación es un problema que ha afectado, afecta y continuará incidiendo en la vida cotidiana
de los pobladores de Bolivia, urbanos y rurales.
En la época de la Colonia, la contaminación minera alcanzó su máxima expresión con la explotación
del cerro Rico de Potosí. En ese entonces, Potosí concentraba poblaciones de importancia, dando
inicio, seguro, a los primeros problemas de contaminación por desechos domésticos. Posteriormente,
y con la modernidad, durante la República y hasta la actualidad, los problemas de contaminación se
han diversificado e incrementado. Está, por ejemplo, la contaminación urbana, tanto por aguas domésticas, como por desechos sólidos, pero también otras fuentes de contaminación que antes pasaban desapercibidas, como la contaminación del aire y la contaminación acústica. Está, también, la contaminación por agro-químicos, especialmente plaguicidas, que no sólo contaminan las aguas y los alimentos, sino también tienen un efecto acumulativo de contaminación sobre el suelo.
La consciencia de que la contaminación es un problema para la salud y también para la producción es
reciente. En occidente una obra marca un antes y un después en torno esta preocupación. En 1966,
Rachel Carson escribe La primavera silenciosa, que inicia lo que se ha venido a llamar una “moderna
conciencia ambiental” sobre los efectos de los pesticidas en el medio ambiente y las consecuencias
de la contaminación. Sin embargo deben pasar unos años para que esta preocupación tome carne a
nivel mundial, y es recién en la década del setenta que se incluye este tema en la discusión de las
Naciones Unidas.
En Bolivia, la preocupación llega a nivel estatal y de las normas a principios de los noventa, luego de
la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro y de la promulgación de la Ley del Medio Ambiente.
El cuidado del medio ambiente ha ido creciendo en las sociedades modernas y la boliviana no es
ajena a este proceso; sin embargo estamos muy lejos de asegurar un ambiente saludable para las
poblaciones actuales y se ve poco probable que lo logremos para las futuras. Es frecuente escuchar
que las sociedades occidentalizadas tienen una menor consciencia al respecto por su visión
antropocentrista, con relación a las sociedades denominadas originarias; lo que se puede ver
históricamente y en la actualidad es que, independientemente al origen de una sociedad o su visión, la contaminación resultante de sus procesos productivos o de sus actividades domésticas está presente, causando problemas. También se puede constatar que con la modernidad han ingresado al diario vivir máquinas, como los automóviles, mucha veces suntuarios, que contaminan, así como en los
procesos productivos, principalmente agrícolas, insumos contaminantes fruto de exportaciones de
empresas en el mundo desarrollado y también en las economías en crecimiento de Asia. Se trata de
máquinas que muchas veces están prohibidas en sus lugares de origen; pero que se venden en
países donde las normas y los controles son más débiles como en Bolivia.
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